Son rincones que siguen de pie más por memoria que por modernidad.
Las pulperías de la provincia de Buenos son lugares donde el tiempo parece haberse detenido, pero donde late, aún hoy, una forma silvestre y criolla de estar en el mundo. Los lugares perfectos para recorrer durante estas vacaciones de invierno. Aquí se sugieren cuatro, pero hay muchísimas más; es cuestión de buscar y descubrir.
Esas pulperías, en general, son casas bajas, de revoques descascarados y techos de chapa o teja, con una galería que cobija el paso lento del sol y un mostrador de madera maciza que divide lo sagrado de lo profano. La pulpería no es un bar, ni un kiosco rural. Es más: es templo pagano, posta sin horario y esquina sin semáforos. Un rincón donde la identidad del campo argentino aún encuentra refugio.
Quien se adentre en la llanura bonaerense, al margen de las rutas principales, puede dar con alguna todavía abierta, escondida entre álamos, zanjones, postes viejos y caminos de tierra. A veces ni siquiera están señalizadas: se llega por referencias orales, por intuición, por azar. Se intuye su presencia cuando en un cruce polvoriento hay dos caballos atados a una tranquera, una radio que suena bajito, o un grupo de hombres mayores sentados sobre cajones vacíos, como centinelas de un tiempo que ya no corre.
Y al entrar, el tiempo cambia de ritmo. No hay música fuerte ni pantallas LED. En cambio, hay paredes que rezuman historias, envases de marcas extinguidas, estanterías con lo justo y necesario, y tal vez una partida de truco que lleva años sin terminar. Se huele el cuero, la yerba, el pan recién horneado. Se escucha el tintinear de la copa de vino sobre el mármol. Se vive a otra velocidad.
Los Ombúes, Exaltación de la Cruz
Con caminos de alamedas imprecisas, tardes tranquilas y fogones que crepitan al anochecer, el distrito combina recuerdos centenarios y paisajes de campo con especies autóctonas. En la localidad de Los Cardales, cada noviembre, se festeja La Fogata, donde familias y amistades construyen muñecos a los que le colocan deseos y sentimientos para luego quemarlos con la esperanza de que se cumplan.
Con más de 200 años, Los Ombúes es una de las pulperías más antiguas de la región pampeana. Frente al edificio se encuentran dos viejos ombúes que sirven de referencia para ubicarla. Entre las personalidades que descansaron allí figuran el general Julio A. Roca. Se llega tras varios kilómetros de caminos rurales, cruzando alambrados y espantando teros. La casa baja, con sus muros encalados parece emerger de la tierra misma.
Allí no hay carta, ni menú del día. Hay lo que hay. Pero hay siempre: vino fresco servido en vasos gruesos, fiambres caseros, pan del día, y una atención que mezcla la cortesía antigua con la parsimonia del que no tiene apuro. De noche, si hay Luna llena, el lugar se ilumina como si fuera de película: caballos que relinchan a lo lejos, guitarras que improvisan y braseros que no se apagan.
El Recreo, Chivilcoy
Por su impulso constructivo, sus sueños de progreso y su admirable laboriosidad, fue ejemplo de colonia agrícola. El mismísimo presidente Domingo Faustino Sarmiento pronunció un célebre discurso, señalando: “Les prometo hacer mil Chivilcoy”.
El Día Nacional del Gaucho es un evento itinerante y esta ciudad bonaerense fue sede en 2007, 2016 y 2017. Conmemora la publicación de la primera parte del poema narrativo “El gaucho Martín Fierro”, de José Hernández.
En Chivilcoy, a orillas de un camino sin apuro, se encuentra El Recreo, una pulpería que hace honor a su nombre. Aquí, el recreo es literal: del tiempo, del ruido, del vértigo. El lugar conserva su fachada original, con una estructura que se resiste a los retoques. Abrió sus puertas en 1882, y supo brindar comida y entretenimiento a sus parroquianos. Guarda propagandas comerciales de mediados del siglo XIX, piezas típicas de bar como ceniceros, botellas de diversas marcas, marquillas de cigarrillos, cajas de fósforos, registros de las fondas, faroles, herramientas y otras curiosidades.
Ubicado en una zona de remates, fue la parada obligatoria de quienes viajaban hacia el oeste bonaerense: comían, dormían, tocaban la guitarra y jugaban al truco. Tuvo uno de los primeros teléfonos del área rural de la provincia. El reconocido circo de los Hermanos Podestá visitó esta pulpería cuando, en 1886, interpretó su versión de Juan Moreira en el municipio.
Miramar, Bolívar
Con una destacada vida cultural y deportiva a nivel regional y nacional el partido de Bolívar y su cabecera, San Carlos de Bolívar, tienen origen en el Fortín San Carlos, fundado en 1869 durante la Conquista del Desierto. Este distrito agropecuario se destaca por la práctica de deportes como el voleibol y el ciclismo. En 1872, en sus inmediaciones se libró una de las más importantes batallas contra el cacique Calfucurá. En el paraje “Los cuatro vientos” se encuentra el monolito que recuerda a quienes cayeron durante esa batalla.
La pulpería Miramar fue escenario de galeras, posta de caballos, lugar de paso familiar y de reunión de hombres solos. Son famosas sus historias de timba y casos policiales debido a que se encontraba en un punto estratégico: conectaba el lugar con la ciudad vecina de Carlos Casares. En la actualidad, realizan jornadas de día completo con tablas de picadas, asado y juegos campestres. Su propietario, Juan Carlos Urrutia, bisnieto del fundador, mantuvo intacto este sitio excepcional.
Es otro de esos refugios donde el campo todavía se permite tener memoria. Lo cierto es que aún hoy, con sus paredes de adobe y su piso de tierra prensada, el lugar tiene el poder de transportarnos a otro siglo.
Allí se respeta el silencio como se respeta a los mayores. Las charlas son en voz baja, los brindis son sin escándalo. Hay damajuanas sobre las mesas, una radio que murmura tango, y un perro viejo que duerme cerca del umbral. Algunos sábados hay zapadas criollas que empiezan sin aviso, con una guitarra que se desenfunda y un bombo que se arrima solo.
Bar 2 de Mayo, San Andrés de Giles
El municipio tiene ocho pueblos y cinco parajes, donde se aprecian atractivos propios del ámbito rural: estancias, estaciones de ferrocarril, museos tradicionalistas y edificios religiosos como la parroquia San Andrés Apóstol y la capilla de Nuestra Señora del Rosario.
En el Pueblo Turístico Villa Ruíz se realiza la Fiesta Provincial El Camino Real con desfile de carruajes, destrezas criollas, entrevero de tropillas y jineteadas, fogón y bailes tradicionales. La Fiesta de la Galleta de Campo, en la ciudad, revaloriza este producto que se cocina en los hornos a leña del pueblo.
En San Andrés de Giles, el Bar 2 de Mayo no se llama pulpería, pero lo es por derecho propio. Allí, sus propios dueños venden picadas, vinos, cervezas, empanadas y choripanes. Los fines de semana se suelen improvisar recitales. Con su aire humilde y su estética intacta, es un punto de reunión que no se ha dejado tentar por la modernidad. Está en una esquina como tantas, con un cartel deslucido y una ventana desde donde se puede ver el atardecer sobre la llanura.
Allí conviven los relatos de los carreros, los memoriosos del pueblo, los jóvenes que descubren con asombro que se puede pasar una tarde entera sin mirar el celular. El Bar 2 de Mayo es de esos lugares donde uno se siente visitante y local al mismo tiempo. Donde la nostalgia no abruma, sino que abraza.
Puerta al pasado
Turísticamente, estas pulperías no son un destino, sino un desvío. Un hallazgo. No figuran con estrellas en Google Maps ni tienen página web. Pero quien las encuentra, se lleva más que una postal: se lleva la sensación de haber atravesado una puerta hacia otro siglo, hacia un país que aún existe en los márgenes, en los susurros, en los brindis sin prisa.
El murmullo del viento en la galería, el tintinear de las copas sobre el mármol gastado y el eco de alguna milonga lejana. Como si el alma del campo aún encontrara, en esas esquinas de polvo y madera, un rincón para seguir existiendo en la provincia de Buenos Aires.
Todas las pulperías de la provincia de Buenos Aires se encuentran en el Catálogo de Pulperias de www.buenosaires.tur.ar
Información para el viaje
Pulpería Los Ombúes – Exaltación de la Cruz
Ubicación aproximada: Paraje Pavón, partido de Exaltación de la Cruz.
Se accede por Ruta Nacional 8, luego desvío por RP 193 en dirección a Capilla del Señor. Desde Capilla, se toma el Camino Pavón, de tierra consolidada, en dirección norte.
Pulpería El Recreo – Chivilcoy
Ubicación: A unos 10 km al sur de Chivilcoy, sobre camino rural a La Rica.
Se accede desde la Ciudad de Buenos Aires por Autopista Acceso Oeste (RN 7) hasta Chivilcoy. Desde Chivilcoy, tomar el camino rural hacia La Rica, bordeando el ferrocarril.
Pulpería Miramar – Bolívar
Ubicación: Zona rural, a unos 12 km del centro de Bolívar.
Se llega por Ruta Nacional 205 hasta Saladillo, luego Ruta Provincial 65 hasta Bolívar. Desde allí, caminos rurales hacia el oeste o sudoeste (consultar en el pueblo).
Bar 2 de Mayo – San Andrés de Giles
Ubicación: En una esquina tradicional de San Andrés de Giles, dentro del casco urbano.
Se llega hasta allí por Acceso Oeste (RN 7) hasta Luján y luego continuar por la misma ruta hasta Giles. (DIB)